Los tornillos son los componentes que aseguran la perfecta unión entre la culata, la junta y el Bloque de Motor, gracias a la presión superficial que generan sobre las piezas al fijarse.

En los motores más antiguos, sólo se utilizaba para aplicar el par de apriete. Debido a las pérdidas por fricción, este método no genera una tensión uniforme en todos los tornillos de la culata y obliga a reapretarlos después de cierto tiempo de uso del motor.

En consonancia con la evolución de las nuevas generaciones de motores, se ha utilizado el método de aplicación de par seguido de un ángulo de apriete. Este método, previsto en la norma/ruta VDI 2230, es más preciso a la hora de controlar la fuerza aplicada a la culata, generando una tensión más uniforme y sin necesidad de reapretar los tornillos.

Utilizando el método del ángulo de torsión, los tornillos se deforman plásticamente, es decir, se alargan de modo que su longitud ya no vuelve a su dimensión original una vez desEnsamblados. Junto con este alargamiento, se produce una reducción del diámetro. Esto reduce la resistencia del tornillo y pone en peligro la fiabilidad de la unión y la estanqueidad del conjunto si se vuelve a aplicar.

Por lo tanto, una buena fijación y un sellado adecuado sólo serán posibles si se siguen las recomendaciones de montaje especificadas. Los tornillos que ya hayan sufrido una deformación plástica no deben volver a aplicarse. Sólo así podrán evitarse por completo las fugas no deseadas y el quemado de la junta.